La jornada se acaba y mañana será nueve.
El calendario de mesa tiene una mancha oscura, alguno de ellos apagó un
cigarro sobre el mes de noviembre. Cagney, tal vez. Debió ser un impulso. Se
excitó al disparar por la ventana. Caen como moscas, dijo. El 8605 Westplace de Houston tiene estas cosas. No te aburres.
Antes anotaba todos estos detalles, ahora
no. Luego han entrado Dawson y Sandler, traían el pantalón de servicio con
manchas de sangre y olor a pachulí de puta negra. Se la tiraron detrás del
departamento de policía. La pillaron robando en el supermercado, cuentan… la puta negra, sí. Buenas tetas y
culo poderoso ¿Qué otra cosa son?
oO0Oo
Desde el piso 43 se ven las calles 56 y
57. La torre es de uso mixto, pero el ascensor B es solo para ellos. A veces se
reúnen allí para quemar pruebas o planear la semana. Hoy esa nube oscura y la
amenaza de tormenta desaconsejan hacer el recorrido por las calles. Farrell se
sobrepasó, están de acuerdo, pero eran dos musulmanes hediondos, apenas sabían
4 palabras en inglés, después de partirles la boca ya no pudieron pronunciar
ninguna; después de mearse en los pantalones mugrientos era mejor rematarlos.
Farrell es más expedito y está convencido que el Presidente sabe que él le
votó, que él le obedecerá hasta el final. No corre riesgos, después de que les
habían cortado las lenguas era mejor quemarlos. Ya no quedan hombres leales a una causa,
capaces de cualquier cosa por defender Chicago. Farrell además tiene una sonrisa ingenua de adventista del séptimo día.
oO0Oo
Pasó la ambulancia como un lamento sucio,
el barrendero se llamaba Ramírez, esa mierda de apellido
y les había amenazado
porque manosearon a su hija Yorelis ¿Qué nombre es ese?. Esto ya no es como
antes, latinos de los cojones. La mierda es vuestra marca. El destino de huesos
quebrados, el bolero de navajas, el candombe de
cadenas de plata. Hoy además es Jueves y en la noche juegan los Chicago
Bulls contra el Oklahoma City Thunder, no hay tiempo para atestados y fichas
policiales. Aquí la justicia es eficiente y ni siquiera llevamos un año. Bastó un tajo en
la cara, dos vueltas de la cadena al cuello.
Cuando perdieron los Bulls
rompieron el televisor y remataron a Ramírez. Knowles se quedó con la correa
claveteada, a veces traen cosas que puede uno quedarse, son curiosas, seguro
que la robó. Han llamado de Houston, trasladan a un tal Cagney. Tiene nueve en
su cuenta, como hoy, nueve.
oO0Oo
Soy Whiterspoon, ¿Con quien hablo?. Envíenla
acá, cantará como una gallina de la ópera. No hace falta que explique, le
entendemos y una orden es una orden. Veremos después si tiene agallas la
chingada. ¿No dicen ellos eso? Aquí
sabemos tratar a las damitas. Un paseo por el ascensor B las hace recuperar la
memoria y cantan, vaya si cantan. No se preocupe sheriff, mañana lo tendrá
inculpado y a ella enamorada de nuestros rabos americanos. Se les acabo la
pulpa de tamarindo, se les acabó la lechada de vaca. Se acabó discriminar.
Todos por el mismo rasero. Mueren de infarto antes de estamparse en la 56.
oO0Oo
Fue al anochecer del 9 de noviembre del
2017, el Presidente iba a juntarse con los representantes del Ku Klux Klan para
recibir un homenaje por su contribución a la recuperación del honor mancillado
de América, esta gran Nación. El capirote blanco se lo pondría el Hermano Mayor.
Para estas cosas Trump era un hombre sencillo.
Aunque la túnica era morada, como la de
los nazarenos españoles del Jesús del Gran Poder y del mismo color el capirote,
solo reparó en ellos el que hacía de
Klupp. Se acercó y preguntó al de mayor estatura: ¿Ayak? Y sin acento le respondió:
Akia. Todo claro, a pesar de que las gafas de fantasía le hicieran sospechar.
Lo que vino después fue rápido. Un movimiento para clavarle
el cuchillo de las matanzas de cerdos en el pecho, el grito agudo, la sangre
como un grifo de vino, el mechón rubio enrojecido y desprendido del cuero cabelludo. Una
mentira más.
Los nazarenos eran mujeres, fueron
descuartizadas en el suelo. Knowles averiguó que una de ellas se llamaba
Yorelis, el nombre le sonaba. Después nada cambió demasiado, las reacciones humanas
son lentas. Yo sí, yo puedo decir que
volví a tomar notas en cuadernos con círculos concéntricos, marca Antalis, el
copy right es de Jaime Narváez y Belleza Infinita, no sé bien de dónde vienen,
ni qué puede ser Belleza Infinita.
Cagney dejó de disparar, se masturba en
el baño viendo fotografías de negras. Le gusta especialmente Miss USA 2016,
Deshauna Barber, es militar, entró en el ejército cuando tenía 17 años, se
imagina siendo su capitán, que manda que se ponga firme y le desabrocha la
camisa caqui para pellizcar sus tetas oscuras. Llega hasta ahí. Se corre entero
con ese pensamiento. Imaginarse tirándose a una mujer con uniforme es demasiado
irresistible. Eso dice él.
A Whiterspoon lo condenaron a 6 años de
presidio, pero esperamos que salga por buen comportamiento. Le fue peor a Farrell, pero la verdad es que nunca supe en qué estaba y tampoco voy a
indagar, prefiero recortar fotos de Ivanka y Tiffany. Algunos días me imagino
haciendo caminar desnuda a Melania a cuatro patas con su velo de luto. Es
eslovena pero no hago ascos a las nacionalidades. No soy de esos.
Me quedé con el calendario de pared del
departamento de Policía de Houston y seguí apagando cigarros en sus días
impares, luego supe que no era Cagney el que lo hacía. Por eso sospecho. En general sospecho. Esa ha
terminado siendo mi vida, una sospecha.
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